Por Candia Garibay*
El envejecimiento es el resultado de la deficiencia en las dinámicas de automantenimiento y regeneración del cuerpo, ahora se sabe que hay elementos fundamentales para mantener nuestro sistema en óptimas condiciones.
De la misma manera que la manzana rayada a la intemperie, nosotros nos oxidamos, o dicho de otra manera, el oxígeno libre dentro de nuestro sistema reacciona con otras moleculas cambiando su estructura y por lo tanto su funcionamiento; esto suscede por la falta de eficacia de los antioxidantes naturales en nuestras células y tejidos, teniendo como consecuencia el desarrollo de desórdenes degenerativos, como el cáncer, el envejecimiento, y las enfermedades cardiovasculares.
La deficiencia de vitamina A, incrementa el riesgo de contraer enfermedades infecciosas, como en el caso de niños infectados con sarampion con neumonia bacteriana; y el caso de pacientes con sida cuya baja consentración de vitamina A se correlaciona con la severidad y progresión de enfermedades asociadas al HIV.
La vitamina E protege a las membranas que rodean a las células de la oxidación y, en dosis controladas aumenta la inmunidad de adultos en plenitud contra infecciones del tracto respiratorio.
La finalidad de la medicina es hacernos inmortales y aún no lo logra. Lo que sí es posible, es mantener nuestro funcionamiento óptimo con una alimentación rica y variada, así como pensamientos y acciones que promuevan una calidad de vida armónica.
Goldrosen M. H. y Straus S. E. 2004. Complementary and alternative medicine: assessing the evidence for immunological benefits. Nature immunology 4:912-921
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