Por Candia Garibay*
El chocolate en tiempos prehispánicos era un manjar para los poderosos y tenía el valor de moneda gracias a sus atributos energéticos y placenteros. Hoy en día, el chocolate es más accesible y se ha utilizado por las neurociencias como indicador de los cambios en la actividad cerebral relacionados con su consumo.
Se realizaron estudios en individuos que comieron chocolate bajo condiciones de apetito y de saciedad. Los primeros, mostraron actividad cerebral en regiones distintas a los segundos, que lo consumieron sin apetito y sólo hubo una región activa en ambos casos.
Estos resultados apoyan la hipótesis de que poseemos dos sustratos neurales de motivación separados: uno que orquesta la conducta de aproximación hacia un estímulo placentero y otro, hacia el rechazo o remordimiento.
Por tanto, hay que comer chocolate sólo cuando tengamos hambre de chocolate. ¡Seamos consecuentes con nuestras motivaciones orgánicas genuinas para obtener recompensas placenteras en lugar de remordimiento!
Small D. M. Et al. 2001. Changes in brain activity related to eating chocolate. From pleasure to aversion. Brain 124:1720-1733.
*Biól. Candia Raquel Garibay Camarena es bailarina y bióloga, es Faculty del Entrenamiento para Instructor de Pilates Balanced Body en su estudio Inspirah Pilates. inspirahpilates@gmail.com www.inspirahpilates.com
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